Si algo le hacía falta a Marc Anthony era un papel protagónico como el de El cantante, cinta basada en la vida del salsero puertorriqueño Héctor Lavoe, quien murió de sida a los 46 años tras llevar una existencia marcada por la fama, la adicción a las drogas y la muerte de su hijo de 17 años.
Anthony ha aprovechado su lugar de privilegio en la música para probar suerte en filmes como Man on Fire, de Tony Scott, y Bringing Out the Dead, de Martin Scorsese. El cantante es producida por su esposa Jennifer López, quien interpreta a Nilda 'Puchi' Rosado, la esposa de Lavoe.
"La transformación de Jennifer fue asombrosa", dijo Anthony en entrevista con RUMBO. "Creo que como actriz se merece todos los premios del mundo. Yo soy bastante crítico y siempre digo lo que opino. No soy de elogiar porque sí. Pero cuando vi su interpretación me quedé con la boca abierta. (...) Fuimos muy afortunados de trabajar como pareja en un proyecto enorme como éste, que fue su primera producción y que ella tuvo que levantar sola".
Cuando trabajan juntos, ¿Jennifer es tu jefa?
Siempre ha sido mi jefa. Jennifer me ayudó mucho para que pudiera hacer bien mi papel en El cantante. Ella sabe manejar la presión de protagonizar un película cuando tu agenda profesional está cargada. (...) También sabe ser la protagonista de un filme. Desde el principio me dijo: "Esta película es tuya, por algo se llama El cantante". Le pregunté cómo hizo para interpretar a Selena poco después de su muerte, cuando la gente aún la recordaba tanto y tan bien. Me dio excelentes consejos para procesar la responsabilidad.
¿En qué aspecto de la vida de Lavoe te concentraste?
En el humano. Yo sabía lo que él significaba musical y culturalmente, pero me enojaba que lo encasillaran. Cada vez que decía su nombre me preguntaban si no era el músico que había tenido tantos problemas. Me concentré en lo humano, porque lo biográfico ya había sido muy bien documentado. Si hubiéramos seguido al pie de la letra lo que pasó en su vida, El cantante habría sido como un capítulo de E! True Hollywood Story. Por eso preferimos concentrarnos en su lucha cotidiana, en cómo llegó a lo que llegó y contra qué luchaba. Una parte que entendí bien fue cuál era la presión que la fama ejercía en su vida, cómo era lidiar con los titulares de los periódicos y lo que es vivir tu vida a escala mundial. (…) Yo sé cuán difícil es tolerar los titulares de los periódicos sabiendo cuál es la verdad. Yo he pasado mi vida lidiando con los titulares y por eso quise encontrar la verdad detrás de lo que se dijo de él.
Lavoe sobre el escenario parece ser un artista en control, pero fuera del escenario no controla su vida.
Es que Héctor se sentía más cómodo consigo mismo cuando estaba cantando y se sentía muy incómodo en su propio cuerpo cuando estaba fuera del escenario. Era entonces que tenía que lidiar con un montón de cosas: con su mujer, con su adicción. Sobre el escenario todos lo adoraban. Era un lugar cómodo y fácil para él, por lo que prefería estar allí el tiempo que podía. Recuerdo una vez en que lo fui a ver cantar. Salió al escenario con una pierna enyesada, porque se había quemado su casa, había tenido que saltar por una ventana del segundo piso y se había roto la pierna. Lo había perdido todo y aun así, estaba allí, sobre el escenario. Yo estaba en la primera fila, porque tenía el mismo representante que él. Yo tenía 17 años. Fue impresionante verlo tocar en vivo. En medio del concierto detuvo la música porque quería hablar. Delante de 27,000 personas dijo: "Estoy teniendo un mal día. Acabo de perder un hijo". Fue una situación muy rara para todos, pero un buen indicador de quién era Héctor Lavoe.
¿Cómo fue cantar las canciones de Lavoe en el filme?
Fue lo más difícil, aunque yo pensé que iba a ser lo más fácil. Para serte honesto, pensé: "Soy cantante, esto tiene que ser muy sencillo para mí". Me encanta cantar sus canciones, pero cinco minutos después de empezar a grabarlas, me di cuenta de que iba a ser mucho más complicado de lo que yo imaginaba.
¿Cuándo descubriste tu conexión tan fuerte con la salsa?
Yo crecí con la salsa porque era la música de mis padres. En los 70 me gustaba Gladys Knight y Marvin Gaye. Mis hermanos mayores eran los que estaban metidos en la salsa. En ese entonces, el nuevo disco de Lavoe era como hoy el nuevo libro de Harry Potter. Ellos llegaban corriendo con el disco en la mano y no lo dejaban de escuchar durante toda la noche.
Periodico Rumbo,
Gabriel de Lerma
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