El hombre más viejo de Nicaragua, y el segundo más longevo del mundo según el libro Guinness de los Récords, murió el sábado por la noche en una ciudad del departamento de Managua, a los 120 años, un mes y 29 días de edad. Se trata de Ruperto Hernández López, que según el libro Guinness era el más viejo de este país y el segundo del mundo después de un ciudadano japonés, Tomoji Tanabe, nacido el 18 de septiembre de 1885. “El viejo roble murió a las 10:30 hora local del 11 de agosto, siendo el mismo joven bromista, cantante y bailarín, aunque en estos últimos días no podía hablar mucho por su avanzada edad”, relató su hijo Virgilio Hernández, de 81 años, durante su sepelio en la ciudad de Ticuantepe, 20 kilómetros al suroeste de la capital.
El hijo agregó que su padre procreó 11 hijos, de los cuáles sólo seis estaban con “don Ruperto”, y que de ellos sólo él había asistido al entierro debido a que los demás “estaban demasiado tristes”. Dijo que “el viejo” se jactaba de haber conocido al general José Santos Zelaya (1853-1919), que encabezó la revolución liberal de 1893 que lo llevó a la jefatura del Estado hasta 1909 tras la intervención de los estados Unidos que lo obligó abandonar el poder. Además, de conocer también al general Augusto C. Sandino, que luchó contra la invasión de los marines, de 1927 a 1934.
El arzobispo de Managua, monseñor Leopoldo Brenes, ofició una misa por el alma de Hernández López en la parroquia de Ticuantepe, aunque el difunto era originario del municipio vecino de La Concepción, más al suroeste. Sus familiares atribuyen la longevidad de “don Ruperto” a que “nunca probó una gota de alcohol”.
AP
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